Las últimas semanas no han sido fáciles. A causa de la cuarentena, miles de familias alrededor del mundo hemos tenido que adaptarnos a un nuevo ritmo de vida al mantenernos alejados de nuestra familia y amigxs, sobre todo dejar de hacer lo cotidiano y estar literalmente encerrados.
Sé y soy consciente que atravesar esta crisis es duro para todxs; por ello, centrarnos en lo bueno nos puede ayudar. Aquí hablo desde la experiencia de mis amigxs, mi familia y mis pacientes quienes están ganando y disfrutando un tiempo invaluable con todas las personas que aman. O si estas solx, tiempo para encontrarte a ti mismx. Tiempo que el día a día no suelen tener, y que la rutina no nos permite valorarlo.
Por eso quiero escribir desde un punto de vista distinto al que escuchamos sobre la cuarentena, un punto de vista desde la oportunidad y no de la pérdida.
En ese sentido, este tiempo que nos regala la cuarentena a nivel mundial permite que muchas familias al permanecer en casa estemos reconociéndonos, compartiendo tiempo juntxs y, sobre todo valorando a quienes más nos importan y puedan retomar el tiempo de calidad que el ritmo de vida actual no lo permite. Algo que quisimos, pero tal vez el día a día no lo permitió.
La cuarentena, también nos ha obligado a recordar algo que muchas veces solemos olvidar, todxs estamos juntxs en esto. Vivimos en el mismo planeta, podremos provenir de distintos países, de distintas culturas, creencias y religiones; pero ahora, es momento de entender que protegiéndonos mutuamente es como saldremos adelante. Desde ya, ver cómo nuestro planeta empieza a revivir, al ver que la contaminación disminuye y, ver animales donde habían desaparecido es algo que estamos logrando como un gran equipo y estará en nosotrxs mantener este increíble e inesperado cambio.
En medio de la incertidumbre, hemos visto nacer iniciativas entre vecinos y amigos, como salir aplaudir, agradecer a quienes siguen dando todo por nosotrxs o el hecho de armar canastas para las personas del servicio de limpieza pública. Esto es algo que solo se veía en navidad.
Además, realizar reuniones vía online o celebrar un cumpleaños a distancia, todo esto nos hace ver que pueden surgir cosas buenas, que no todo es malo y así poder sentirnos acompañados, pese a estar distanciados físicamente.
Algo que también nos está dando la cuarentena, es el valorar las pequeñas cosas, tanto las que hoy tenemos, como las que no. A ser agradecidos y darnos cuenta de que incluso en medio de estos momentos llenos de angustia e incertidumbre, hay cosas que pueden no parecer tan grandes, pero que si observamos con atención tienen mucho valor.
Así que lo mejor que podemos hacer ahora, es enfocarnos en lo que tenemos y en quienes están a nuestro lado. Estamos teniendo una oportunidad maravillosa que es el tiempo con nuestros hijxs para sentir sus abrazos, jugar, reír, aprender con ellos, escuchar esas preguntas inocentes llenas de curiosidad e inocencia y recibir sus muestras de cariño. Por otro lado, las llamadas telefónicas a aquellos que no están a nuestro lado, tiempo para disfrutar de una película o un café en horarios que antes ni se nos hubiera ocurrido, una conversación con nuestros padres y el simple hecho de almorzar todxs juntxs. Que abuelxs y nietxs se encuentren en horas distintas y no solo cuando los nietxs volvían del colegio, claro para los que tienen la suerte de vivir juntos y para los que no viven juntos el ver cómo se vuelven aliados de la tecnología para poder conectar con sus nietxs es un regalo increíble.
Y también, aprovechemos el tiempo que hoy tenemos para darle valor a aquello que en este momento no podemos tener como el ir a la playa, la libertad de salir, las pequeñas conversaciones con los compañerxs de trabajo, disfrutar de pasear a tus perros, los momentos con nuestros amigxs, la sonrisa de un extraño al coincidir por la calle son cosas que muchas veces damos por sentado, pero hoy no podemos tener.
Así que aprendamos las lecciones que esta cuarentena nos está y seguirá dando. No estemos preocupados y estresados viendo que hacer para mantenernos ocupados. Al contrario, intentemos ver el lado positivo de esta coyuntura, relajémonos con nuestras familias haciendo lo que nos nazca y deseemos hacer. Disfrutemos de lo que nos regala el día a día como el delicioso sonido la lluvia por la noche. Disfruta de cosas tan sencillas como respirar y perderte en el silencio de tu imaginación.
Quiero aclarar que este texto fue escrito por un colega y muy querido amigo, además de excelente psicólogo, a continuación pueden ver sus datos de contacto por si desean una consulta online.